Hoy, 23 de abril, se celebra la festividad de San Jorge.
Cuenta la leyenda que la ciudad libia de Silca estaba atemorizada por un terrible dragón que se ocultaba en un gran lago. El monstruo despedía un terrible hedor que infestaba todos los alrededores. Había que alimentarlo para que no fuese a reclamar su comida a la ciudad. Llegó un momento que no hubo más alimento para el dragón que los propios habitantes de Silca, quienes eran elegidos por sorteo. Un día el sacrificio recayó en la hija del rey. La princesa, resignada a su destino, se disponía ya a cumplir su terrible deber, cuando apareció San Jorge, un soldado romano, nacido en Capadocia (Turquía). La doncella le contó la terrorífica historia y el caballero se enfrentó al dragón al que doblegó y entrego prisionero y moribundo a la princesa para que lo condujera a la ciudad. Cuando todos los habitantes de Silca se hubieron convertido, San Jorge mató al dragón.
En Nueva York, una escultura situada en los jardines del Cuartel General de las Naciones Unidas, hace referencia a esta leyenda. Colocada en este lugar en octubre de 1990, la escultura de 12 metros de altura y fabricada en bronce es obra del artista Zurab Tsereteli.
San Jorge aparece representado sobre su caballo. En su mano derecha sostiene una lanza enorme, con la que está matando al dragón. El cuerpo del dragón está formado por restos de un misil estadounidense Pershing II y un misil soviético SS16. La obra fue una donación a la ONU por parte de la Unión Soviética.

