Situado en el 234 oeste de la calle 44, Sardi’s es famoso por los cientos de retratos que cubren sus paredes.
Vincent Sardi inauguró el restaurante en 1927 con el nombre de “The Little Restaurant”. Debido a su privilegiada situación (en pleno distrito de los teatros) no tardó en convertirse en un lugar de encuentro para estrellas de Broadway, productores, críticos y aspirantes a actores.
De hecho, en 1947, durante la primera ceremonia de entrega de los premios Tony (equivalente a los Oscar en el teatro), Sardis fue galardonado por “proporcionar un hogar y tranquilidad para la gente del teatro durante veinte años”.
Colección de caricaturas
La seña de identidad más característica de este restaurante es su colección de caricaturas de famosos, una idea que el propietario copió de un famoso restaurante de París.

Alex Gard, el primer caricaturista de Sardi´s, no cobraba por su trabajo, hacia los dibujos a cambio de una comida al día. Cuenta la leyenda que Sardi y Gard llegaron a un acuerdo: El propietario no podía criticar los retratos ni el dibujante, la comida. Cuando el hijo de Sardi tomó las riendas del negocio se ofreció a cambiar los términos del acuerdo. Gard se negó y continuó dibujando las caricaturas a cambio de una comida diaria hasta su muerte.
En la actualidad, más de mil trescientos retratos cubren las paredes del restaurante. Retratos que no siempre gustan al protagonista. Se cuenta que la actriz Maureen Stapleton robó el suyo, lo quemó, y no se le volvió a ver por el establecimiento hasta que Vincent Sardi (hijo) le envió una nota de disculpa. Unos años más tarde se le realizó una nueva caricatura. Para evitar que se repitan situaciones tan incomodas, como la anteriormente descrita, antes de colgar la caricatura se descubre en privado delante del homenajeado.
Richard Baratz, el actual caricaturista, hace una veintena de retratos al año.
¿Sabías que…?
El día que murió Janes Cagney su caricatura fue robada de la pared. Desde entonces, los dibujos originales se guardan a buen recaudo y se hacen dos copias. Una se regala al famoso retratado y la otra se coloca en la pared.
Un articulo muy interensante, currado como siempre, gracias