El primer domingo de noviembre se celebra la Maratón de Nueva York.
Fred Lebow, fue el máximo precursor y “alma mater” de esta prueba atlética, que congrega cada año en Nueva York a miles de corredores llegados de todas partes del mundo.
Tras su fallecimiento, el 9 de octubre de 1994, se creó el New York City Marathon Tribute Committee. Una de las primeras acciones de este comité fue la creación de una escultura en Central Park para honrar la memoria de Lebow.
Creada en bronce a tamaño natural, es obra del escultor Jesús Ignacio Domínguez y representa a Lebow ataviado con chándal y zapatillas, tocado con su inseparable gorra y mirando su cronómetro.
La escultura fue inaugurada el 4 de noviembre de 1994, en una ceremonia a la que asistieron familiares, amigos, 23 ganadores de la Maratón de Nueva York, y miles de aficionados.
Escultura «viajera»
El 1 de noviembre de 2001, la escultura fue reinstalada sobre un pedestal de granito negro a la altura de la calle 90 este, lugar de reunión habitual de los corredores que entrenan a diario en Central Park.
Cada año, unos días antes de la celebración de la Maratón, la estatua es colocada junto a la línea de meta, a la altura de la calle 67 oeste, para «recibir» a los corredores que finalizan esta exigente prueba atlética.
