Tal día como hoy, el 10 de julio de 1856, nació en la actual Croacia Nikola Tesla, un genio cuyas investigaciones contribuyeron enormemente en algunos de los avances tecnológicos más importantes de la historia como: la Corriente alterna, la radio, la Resonancia magnética, o los Rayos X, por citar solo algunos.
Tesla falleció el 7 de enero de 1943, a la edad de 87 años, en la habitación 3327 del Hotel New Yorker de Nueva York. Su cuerpo fue encontrado por una camarera del servicio de habitaciones del hotel. Un médico forense examinó el cuerpo y dictaminó que la muerte había sido causada por una trombosis coronaria. Murió pobre, abandonado, y menospreciado por la comunidad científica.
En sus últimos años, su única compañía eran las decenas de palomas que se posaban sobre el alféizar de su ventana y a las que daba de comer. Tras su muerte, el FBI ordenó la retirada y custodia de toda su documentación para ser analizada.
El Hotel New Yorker recuerda a su ilustre huésped
Siempre he admirado a Nikola Tesla y, en 2010, tuve la suerte de alojarme en el Hotel New Yorker. La primera cosa que hice tras hacer el check-in y dejar las maletas en la habitación, fue subir hasta la planta 33 -yo estaba alojado en la 27- y fotografíar la placa conmemorativa colocada sobre la puerta de la habitación 3327, donde residió desde 1934 hasta su fallecimiento en la misma en 1943.
En el exterior del hotel, sobre la fachada, puede verse una segunda placa en recuerdo a este genial científico e inventor.