
Cada Nochevieja, un millón de personas en directo, y varios millones a través de la televisión e Internet tienen su vista puesta en este edificio. Concretamente… sobre su azotea. Allí se encuentra instalada la famosa bola de cristal que, con su descenso el último minuto del día 31, marca la llegada del nuevo año.
Esta tradición comenzó en 1907 y tan solo se ha visto interrumpida en dos ocasiones: en 1942 y 1943, cuando la ceremonia fue suspendida a causa de la Segunda Guerra Mundial. Durante esos años la celebración fue sustituida por un minuto de silencio seguido de unas campanadas.

Su nombre actual es One Times Square, pero fue inaugurado en 1904 como Times Tower. Ocupa el solar donde se levantaba el Hotel Pabst y se construyó para ser la nueva sede del diario ‘The New York Times’, que trasladó sus oficinas al edificio en enero de 1905. No permanecieron mucho tiempo. En 1913, se trasladaron a otro edificio en la calle 43 oeste.

De Longacre Square a Times Square
Curiosamente, fue el propietario del periódico, Adolph Ochs, quien convenció a las autoridades municipales para cambiar el nombre de la plaza (hasta entonces era conocida como Longacre Square). De esta forma se daba a conocer a los ciudadanos la nueva sede del periódico. En la Nochevieja de 1903, con el edificio todavía en construcción, se instaló en su parte superior un castillo de fuegos artificiales. El evento fue todo un éxito, más de 200.000 personas presenciaron el espectáculo en directo. Esta tradición continúo hasta 1907, año en el que los fuegos artificiales fueron sustituidos por el descenso de una esfera luminosa.
De moderno rascacielos… a gran soporte publicitario
Hoy en día, la vieja Times Tower, no es más que un grandioso soporte para sostener anuncios millonarios en Times Square, el mayor espacio publicitario urbano del mundo.
Todo comenzó en 1928 cuando el ‘Times’ (a pesar de su traslado continuaba con la propiedad del edificio) instaló en la parte inferior del rascacielos un sistema de noticias electrónico conocido como Motograph News Bulletin (coloquialmente llamado«zipper»). Compuesto por 14.800 bombillas, un sistema de tipos móviles mostraba titulares a los ciudadanos con las últimas noticias. El primer titular fue el triunfo de Herbert Hoover en las elecciones presidenciales.
En 1961, la empresa editora de The New York Times vende el edificio al publicista y diseñador Douglas Leigh. Este, a su vez, lo vende en 1963 a la compañía farmacéutica Allied Chemical, que emprende una importante renovación en la fachada del edificio. En 1982, un grupo inversor liderado por Lawrence I. Linksman adquiere el edificio instalando en su cara norte las primeras pantallas publicitarias.
En 1995, el edificio es vendido a la compañía de servicios financieros Lehman Brothers (de infausto recuerdo) por 27,5 millones de dólares. Sus dirigentes decidieron que sería más rentable convertir el edificio en un inmenso soporte publicitario que alquilar sus apartamentos. Toda la fachada del rascacielos fue nuevamente modificada para instalar una rejilla sobre la que colocar pantallas de vídeo y grandes anuncios luminosos.
Hoy en día, el único ‘inquilino’ del edificio es una farmacia de la cadena Walgreens que ocupa su nivel inferior. Su alquiler ronda los 4 millones de dólares anuales.
Cuando estéis frente a él, recordad que., tras las grandes pantallas de vídeo y las inmensas vallas publicitarias, se esconde un rascacielos de 120 metros de altura y más de 100 años de antigüedad.

Imágenes: Archivo New York Public Library, Wikimedia Commons
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