Durante toda esta semana estamos conmemorando el 50 aniversario de la llegada del primer ser humano a la Luna el 20 de julio de 1969. Para ello, antes había sido necesario llevar a cabo miles de pruebas y ensayos mediante los programas Mercury, Gemini, y Apolo.
En estos programas, tuvo un papel fundamental un modelo de misil balístico que durante tres semanas permaneció expuesto en el vestíbulo principal de Grand Central Terminal.
4 de octubre de 1957.
El satélite Sputnik 1, lanzado al espacio por la Unión Soviética, se convierte en el primero en alcanzar con éxito la órbita baja de la Tierra.
En 1955, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética habían anunciado sus intenciones de poner un satélite en órbita durante el Año Geofísico Internacional, que se celebró entre el 1 de julio de 1957 y el 31 de diciembre de 1958. Dicha celebración tenia como objetivo fomentar la cooperación científica internacional y fue el punto de partida de lo que pronto se conocería como “carrera espacial”.
Estados Unidos, mediante el programa Explorer, planeaba usar un misil balístico Redstone para colocar el satélite en órbita. Por ese motivo, en julio de 1957, el ejercito estadounidense apoyado por la Corporación Chrysler, decidió instalar uno de estos misiles en el vestíbulo príncipal de Grand Central Terminal.
El misil Redstone, de 21 metros de altura, llegó en tren desde Detroit, estacionando en la vía 16, la única con el acceso lo suficientemente ancho como para que pasara el misil.
Si os fijáis atentamente, junto a uno de los peces que forman la constelación de Piscis, podéis ver un orificio, practicado en el techo, donde se anclaron los cables de seguridad que mantenían en pie el misil de cinco toneladas.
Imágenes: Wikimedia Commons